
De nuevo mi mente de viaje...
Mirando por la ventana me siento un ser diminuto...
el espacio se hace infinito,
y las nubes parecen enormes,
como monumentales fardos blancos moviéndose despacio...
al ritmo constante de los tambores...
A mis oídos llega la música de Pink Floyd,
el "Shine on You Crazy Diamond" retumba en cada nube....
y me imagino tumbado en un campo verde,
de fina hierba recién cortada,
mirando hacia el cielo,
escuchando el limpio punteo de la Fender de David Gilmour,
sencillo y pausado,
delicado y sentido,
con una leve distorsión,
acompañado continuamente porel sintetizador denso como base de fondo,
como un susurro interminable...
Si cierro los ojos,
la música me transporta a un mundo imaginario,
a ese mundo perdido en mi subconsciente,
ese mundo en el que me siento feliz,
y el tiempo no deja de ser una mera anécdota...
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