
Allí estaba...
inmóvil como una estatua,
oteando el horizonte,
con la mirada perdida en el ir y venir de las olas,
como un condenado esperando el disparo final.
En seguida supe como trabajar la foto...
el blanco y negro se dibujo en mi cabeza a la hora de hacer "click" a mi cámara,
y los primeros acordes de piano de "A day in a life" de los Beatles no tardaron en sonar en mi cabeza...
Me imaginé un día en la vida de este personaje,
un día en la vida de cualquier persona,
un viaje a través de su cabeza,
de sus recuerdos,
de sus odios y frustraciones,
una respuesta a tanta busqueda de soledad.
La voz de Lennon,
sosegada,
dejándola arrastrar a través del piano de Paul,
la orquesta subiendo el nivel hasta casi dejarnos sin respiración...
La persona que escucha "A day in a life" cambia para el resto de su vida...
su cinco minutos y medio se instalan en tu cabeza,
y la vida cobra una nuevo sentido,
un nuevo rumbo lleno de misterios,
una vida que se pierde lentamente,
con los brazos cruzados en la espalda,
las pupilas dilatadas,
y la mirada borrosa en dirección al mar...